lunes, 27 de agosto de 2012

¡¡¡Ahora si!!!...4000 m de libertad

Buenas a tod@s
Los que habéis caído por aquí antes sabéis que el guardia que tengo en mi puerta me estaba vetando las salidas al mar y que el temporal me está azotando un día tras otro. Hace tan sólo unos días os contaba que ya estaba harta de esta situación, que ya no sabía si estaba haciendo lo correcto nadando pues este brote parece que no se pasa nunca pero, al menos hoy, puedo volver a escribir una entrada sobre natación en este blog.
Tras comenzar la semana mal, con muy pocas esperanzas de poder nadar la travesía de la ría de Vigo, y tras mucho tiempo sin poder entrenar en condiciones, el jueves pasado me armé más de paciencia que de valor y retomé mis entrenamientos dónde los había dejado. No os voy a mentir, tras nadar el jueves no me veía en condiciones para la travesía, pero como un niño que se cae de la bicicleta, el viernes volví a un mar revuelto y con lluvia que me devolvió a mi casa muy mareada pero con una lucecita de esperanza. Fue en mi último entrenamiento antes de la travesía, el sábado por la mañana, cuando volví a sentir que tal vez podría nadar aunque no las tenía todas conmigo. Así que hasta el propio domingo por la mañana no me decidí pero al final allí me fui, con más esperanza que fuerza, a atravesar la ría de Vigo. La Dra. Anna Cuscó que me ha ido dando sabios consejos y cuidados durante toda la duración de este brote que todavía está conmigo ha tenido el detalle de hacer este póster personalizado para mi cruce de la ría siempre bajo el lema que nos mueve a Nadando en Paz: LA LUCHA por el conocimiento de la Fibromialgia, el Síndrome de Fatiga Crónica y la Sensibilidad Química Múltiple.


Pues esa imagen que tenéis arriba es lo que he recorrido ayer Domingo 26 de Agosto. Han sido 3700 m oficialmente, aunque los nadadores con GPS han medido 4000 m y eso no miente. Se que para muchos compañeros nadadores esta travesía era muy especial porque esta es nuestra ría pero para mi fueron 4000 m de libertad tras un encierro de un mes desde la última travesía, 4000 m de esperanza, 4000 m bailando de nuevo entre las olas, 4000 m nadando bajo los efectos de la fibromialgia que tuvieron la amabilidad de remitir pero no de desaparecer durante unos días para que yo pudiese soportar el dolor y no tuviese que anular otra travesía de mis planes. Para mi esta travesía no era sólo una travesía por la divulgación sinó que, esta vez, y sin que sirva de precedente, también ha sido un enorme esfuerzo a nivel personal y que me ha devuelto a mi misma la esperanza que estaba perdiendo. No se expresar bien con palabras la inmensa alegría que sentía al salir del agua, los que estaban allí fueron testigos de que salí y rompí a llorar como una tonta, pero, por primera vez en un mes lo que me resbalaba por la cara eran lágrimas de alegría y no de dolor, porque para mi nadar no es sólo echarse al mar, bracear y patalear. Como ya os he dicho en muchas ocasiones para mi nadar significa LIBERTAD. Esa libertad de la que me veo privada sin previo aviso y durante un tiempo indefinido y por eso ayer no aguanté la emoción de haber vuelto a ser libre de nuevo durante 4000 m. También he de decir que fue para quitarse el sombrero la acogida que recibí de los nadadores ya que, en cuanto salí del agua, a pesar de llevar los tapones puestos, escuchaba como me gritaban desde arriba casi tan contentos de mi llegada como yo misma. Una de las nadadoras, Eva, me ha pasado esta foto dónde se ve perfectamente la acogida que me dieron a mi llegada.


Hoy, con la boca llena de sal todavía, bastante más dolorida que ayer debido al esfuerzo que he hecho (bajo mi propia responsabilidad), soy consciente de que no estoy todavía recuperada del brote que me ha apartado de las travesías y de la vida normal durante un mes y de que me espera una semana llena de médicos, pero por lo menos he recuperado la esperanza de poder seguir nadando y que estaba perdiendo en el medio de este temporal.

Bueno, pues esta ha sido la crónica de mi regreso a este mundo maravilloso de las aguas abiertas y a nuestra lucha por el conocimiento de estas injusticias que nos azotan a unos si y a otros no sin comerlo ni beberlo como si nos hubiese tocado alguna clase de lotería macabra. Como os decía antes, tengo que dar las gracias una vez más a la Dra. Anna Cuscó que con su experiencia y consejos ha hecho de esta travesía tan importante para mi una realidad. También, como siempre que salgo a nadar, un abrazo enorme al Jefe Jose Diaz, entrenador de mi equipo Nadando Libre, que con sus entrenamientos hace posible que yo nade estas distancias (tengo que decir que de las primeras cosas que hice al salir del agua fue informarle de que lo habíamos logrado ya que él disfruta de mis "victorias" tanto cómo yo) y, hoy más que nunca, quiero terminar la entrada con un GRACIAS en mayúsculas a los nadadores, a los que entrenan conmigo cuando puedo salir, a los que están allí apoyándome a pie de pista, a los que me animan a través de mensajes llenos de cariño, a tod@s ell@s, por los que no siento más que admiración, ¡GRACIAS!...y como una imagen vale más que mil palabras aquí os dejo esta fotografía al final de la travesía.




2 comentarios:

  1. Ánimo, y enhorabuena también por la cesta de la fruta :-)

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  2. Muchas gracias!! La fruta fue un premio repartido entre nadadores :)

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