miércoles, 22 de agosto de 2012

Cruzando los dedos...

Hola a tod@s los que hoy caigais por aquí!
Esta semana pasada no he escrito nada en el blog puesto que no quería aburrir mucho con cosas que no tienen que ver con el motivo de este blog y, además, no me encontraba bien para escribir...
Bueno, pues después de tener que hacer un viaje relámpago, estoy en casa de nuevo...y cruzando los dedos para poder cruzar la ría el domingo, aunque, sinceramente no lo veo nada claro. Hoy, de vuelta del viaje y después de que la parte vikinga de mi corazón volviese a latir (aunque sólo fuese por un día) me encontré en un sitio un tanto especial y...cómo tenía papel y boli me dio por vaciar mi cabeza. Os transcribo lo que salió de allí:

"Una vez más me encuentro en el mismo sitio, exactamente en la misma silla dónde empezó todo. Recuerdo bien aquel viaje hace unos meses cuando todo era incierto, cuando yo había decidido lanzarme al mar, en todos los sentidos, para luchar contra lo que consideraba, y sigo considerando, una injusticia tanto para mi como para tantos otros. Muchos de ellos se han identificado con mi situación y así me lo han demostrado y hecho saber de diferentes formas durante estos meses. Ahora, un tiempo después, estoy en el mismo aeropuerto, en la misma silla de la misma cafetería y esperando el mismo autobus para que me lleve de nuevo a casa. Aquí sentada nacieron las primeras palabras de este blog y de esta experiencia. Hoy, lo encuentro todo mucho más vacío: el aeropuerto, la cafetería, mi cabeza...todo. Todo está mucho más parado. Probablemente la crisis de la que todo el mundo habla ha dejado vacías las puertas de embarque, sin embargo, lo que ha vaciado mi cabeza es otra crisis, una no tan importante, que no afecta ni a la economía global ni a los bancos ni a los trabajos. Esta crisis, o brote como la llaman los médicos, tan sólo afecta a mi economía, a mi trabajo y a mi integridad física...Me han enseñado desde pequeña que una debe valerse por si misma y no depender de nadie, para que, cuando lleguen las vacas flacas, se pueda mantener a flote con sus propios recursos. Cuando las vacas flacas llegaron para mi, hace ya unos años, traté de mantenerme haciendo más o menos lo de siempre y tratando de hacer los mínimos recortes en mi vida. Más tarde, cuando llegó el temporal y lo destrozó todo, tras pasar mi post-guerra personal, había encontrado un nuevo pilar dónde agarrarme, ese pilar para mi era EL MAR. Volver allí todos los días que podía me llenaba otra vez, había encontrado de nuevo la motivación que me hacía falta, tenía de nuevo eso que hacía que me volviese a sentir LIBRE e independiente. Ahora, que el temporal me azota otra vez, un día tras otro y tras otro sin tregua y sin piedad, me he alejado de ese pilar al que me agarraba, así que, me pregunto si estoy agarrada al sitio adecuado para mi.
También con los años he aprendido que una no puede depender de una sóla cosa o de una sóla persona porque, en caso de que algo se tuerza, todo se viene abajo a tu alrededor pero ¿qué ocurre cuando lo que se viene abajo eres tú misma?¿acaso estaré haciendo mal agarrándome a un pilar que es mi propio cuerpo? si mi cuerpo falla, entonces, ¿qué ocurre?¿Debo agarrarme a cosas que no impliquen a mi propio cuerpo? Sinceramente, no se cómo se hace eso y...no se si quiero hacerlo. La solución en la que todos estamos de acuerdo es que hay que aprender a vivir con esto pero, en este momento, yo creo que NO SE hacerlo. Sentada en este aeropuerto escucho cómo la gente se queja de los retrasos, del tiempo perdido en las conexiones de los vuelos y no puedo evitar pensar en qué pensarían si la "conexión entre vuelos" durase un día, una semana, un mes, seis meses...un tiempo tan valiosos tirado sentados en una silla en un lugar en el que no se puede hacer nada más que tomar cafés y tener paciencia, rezando para que tu compañía aérea no se retrase y poder volver a tus planes cuanto antes ¿QUÉ SE PUEDE HACER CUANDO NO SE PUEDE HACER NADA?
Con todo esto no pretendo decir que me haya dado por vencida, que vaya a dejar de lado el primer pensamiento que me viene a la cabeza por las mañanas y el último por las noches (cuando puedo dormir). En contra de lo que muchos pueden pensar, este pensamiento no es "¿cuándo me voy a poner bien?" sino "¿hoy podré ir al mar?" y nunca me doy por vencida hasta que se pone el sol. SIEMPRE me levanto pensando que hoy es el día, que hoy voy a ir al mar y, por mucho que me duela todo el cuerpo, lo sigo pensando todo el día hasta que el sol se pone diciéndome a mi misma: "dentro de una hora voy", pero cuando el sol se marcha, con él se ha marchado otro día sin libertad. Cuando lo cuento todos me dicen, Y CON RAZÓN, que debo descansar pero es que...¡¡ya no quiero descansar más!! ¿por qué estoy cansada?¿por qué me duele todo?¿por qué no como?¿por qué me asusta el humo de un coche y, sin embargo, no titubeo ante la idea de ponerme ante 4000 m de agua? No se que estoy haciendo mal pero está claro que algo no va bien ¿Debería resignarme ya?¿Debería darme cuenta de que le estoy exigiendo a mi cuerpo cosas que no puede hacer? La teoría me la se muy bien...ahora llevarlo a la práctica requiere un esfuerzo que mi cuerpo podría soportar pero mi cabeza no o, por lo menos, en este momento no estoy preparada para soportarlo. Así que, aquí, en el mismo sitio dónde hace unos meses escribía sobre mi situación me pregunto de nuevo cuál puede ser la solución, me pregunto otra vez cómo vivir con esto, me pregunto cómo puedo encontrarme mejor, barajo todas las opciones y, al final, vuelvo a preguntarme "¿podré salir mañana a nadar al mar?"

Pues esto es lo que hoy tenía dentro. Aquí os lo dejo para que quede constancia de que no soy siempre una fuente de sonrisas y que, aunque ya se que para tod@s, san@s o enferm@s, la incertidumbre es un hecho siempre presente en nuestras vidas, en estos momentos en mi vida es una sombra constante.

A los nadadores, espero veros el domingo 26...

Un besazo compañer@s!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario