lunes, 14 de mayo de 2012

La vuelta al entrenamiento y el principio del proyecto



Con los 3000 m en piscina, llego el Cambio con mayúsculas. No soy capaz de describir con palabras lo que sentía ese día, pero creo que no tiene nada que ver con la superación personal, ni mucho menos con el alcance de la forma física para poder nadarlos. El Cambio estaba dentro de mi cabeza. Tenía tanta necesidad de volver a ser yo, la que era antes de que esta enfermedad llamase a mi puerta, de volver a reír, de volver a tener ilusión, DE VOLVER A NADAR. No soy escritora (ya os habréis dado cuenta) así que no se explicar los sentimientos con palabras pero, para que os hagáis una idea, para mi nadar, en este momento de mi vida, ya no es sólo un hábito, una afición, algo que hacía porque me gustaba…ahora nadar para mi es la Libertad, es el milagro que, todos los días un ratito, me hace huir física y psicológicamente del encierro, del dolor, de la impotencia, de la incomprensión. Así que algo hizo “click” dentro de mi cabeza, quería compartir esa alegría con mis compañer@s enferm@s y hacerles ver que tod@s, da igual cuántos brotes o cuanto dolor tengamos, podemos encontrar nuestra motivación, esa nueva sensación indescriptible que yo encontré nadando de nuevo. Como os decía, no soy escritora, así que se me ocurrió que mi forma de expresarles esto que os cuento a los enferm@s como yo, de darles ánimos, de hacerles ver que las metas pueden conseguirse (aunque a veces haya que cambiarlas un poco) no podía ser de otra forma que no fuese nadando. Así, empecé a salir a la piscina todos los días con una nueva meta, ayudar a los enferm@s cuyos problemas físicos los han hecho dar la vuelta a sus vidas. De esta forma, yo me convencí: “¡tengo que hacer algo!” y otro día pude nadar 3500 m, otro día 4000 m, otro 4500 m… hoy estoy nadando 5000 m en piscina ya casi sin descansos…y no me voy a parar aquí. No es engañéis, no estoy curada, salgo de la piscina dolorida, con llagas en los pies (a veces sangrando), al llegar a casa me tengo que tumbar muchas veces durante varias horas y, a veces paso días enteros en la cama, pero en mi cabeza ya no está aquel pensamiento que me consumía: “¿cuándo se va a acabar esto?”, el agua que se ha colado debajo de mi piel ha cambiado ese pensamiento por el de: “mañana estaré mejor cuando vuelva a nadar”.
Esto es lo que me llevó a elaborar mi proyecto personal “Nadando en Paz”. Había que hacer esto público de alguna forma y yo me moría por volver a salir a nadar al mar así que pensé en las travesías en aguas abiertas. Ahora este proyecto es lo que me hace levantarme todos los días (muchas veces entre dolores) por tres razones:
  1. La ayuda que me proporciono a mí misma
  2.  La necesidad de ayudar a los enferm@s y hacerl@s sentir que no son invisibles, que no son inválidos, que ellos dentro de su cabeza tienen que encontrar su “natación” personal, sus aguas abiertas que los hagan libres
  3.  La divulgación tanto de la fibromialgia como del síndrome de fatiga crónica (SFC) y la sensibilidad química múltiple (SQM) que son enfermedades invisibles, ya que nosostr@s, aunque tenemos dolor, no se refleja en nuestras caras. Son dolencias aún muy desconocidas lo que hace que nosotr@s, los enferm@s, nos sintamos sol@s incomprendidos e invisibles para la sociedad.

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